Las cumbres de mi alma tienen dos sentidos.
Uno
pendulante y altivo,
ocasionalmente festivo,
consecuente con las acciones del día;
así de cotidiano y perverso.
Otro
culposo,
incierto,
desmedido,
furioso,
arrogante y efusivo.
Las montañas tienen sólo una cumbre .
-He aquí el primer problema del día –